El año no había empezado bien, muchos de los proyectos que se realizan habían culminado y se esperaba el inicio del año escolar para poner en marcha los proyectos vigentes, pero Vizcarra cancela el año escolar hasta nuevo aviso, qué hacer entonces.
Había que analizar sobre los gastos fijos y variables que como asociación se tenía y buscar la mejor salida para no perjudicar a nadie.

Había un gasto también fuerte que asumir, los sueldos de los colaboradores, para lo cual se revisó de qué manera no se vea nadie perjudicado y todos pudieran continuar laborando. Por lo que se planteó una reducción escalonada de acuerdo a las responsabilidades y funciones que cada uno tenía. Esta reducción se dio desde el 5% hasta el 40% de reducción de la remuneración bruta.

Ahora, conversar con cada uno y plantearles la idea era algo que costaba mucho, pero se tenía que hacer. La sorpresa fue grande cuando todos aceptaron sin problemas, bueno nada es perfecto y la jefe de administración y finanzas no aceptó, por lo que presentó su renuncia al puesto que desempeñaba. Por lo demás, todos fueron agradecidos y más aún preocupados por el trabajo de los demás, en especial, por el señor de mantenimiento de la oficina pues al estar en teletrabajo, ¿cómo realizaría sus funciones desde su casa? Pues, se mantuvo y con el mismo sueldo por ser un monto no muy alto.

Al no tener la oficina física y para que los colaboradores puedan realizar mejor sus funciones, se les ofreció como parte de las herramientas necesarias para el teletrabajo, el mobiliario de la oficina, y se repartió de manera equitativa y de acuerdo a su solicitud, escritorio, sillas, estantes, útiles de escritorio, etc., con lo cual, se pudo desalojar de mejor manera la oficina. Se tuvo que esperar el levantamiento de la pandemia y con ayuda del señor de mantenimiento se entregó a cada colaborador lo solicitado, cubriendo el transporte de traslado de los equipos. Al ya no tener gastos de servicios, se pudo brindar a todos con equipos móviles con el plan de datos adecuados para cumplir las funciones, sobre todo ahora que todo era virtual.

Las medidas que se tomaron no solo dieron la posibilidad de experimentar que todos somos capaces de asumir nuevas “costumbres” sino de afrontar nuevos retos, porque al final trabajabas sin horario fijo, siendo responsable de las horas que le dedicas a tus funciones, pues no tienes quien te fiscalice. También era aprender a compartir de manera virtual el trabajo, que antes no había sido necesario hacer y además, conocer que otras cualidades podían tener los colaboradores.

Se trabajó más unidos, más sincronizados, con mejores ánimos, más empeñosos y agradecidos por seguir con un empleo, sin licencias sin goces o vacaciones obligadas. Tenemos ahora, un súper equipo, agradecido y comprometido con la asociación, porque siempre se pensó antes en los colaboradores y su tranquilidad.